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BIOSEGURIDAD Y LA CONSTITUCIÓN DE NUEVOS SUJETOS POLÍTICOS MÁS ALLÁ DE LO HUMANO.

Durante el brote de Ébola en 2014, una enfermera madrileña contrajo el virus después de tratar a un misionero repatriado desde Sierra Leona. La enfermera tenía un perro, Excalibur, el cual fue “eliminado” tras clasificarse como riesgo para la salud pública.Basándome en un análisis de la historia en los medios, sugiero que el perro, Excalibur, fue actuado (enacted) como, al menos, tres perros : infectado, “ zoonoseando” o transmitiendo el virus, y vivo/muerto. Los tres perros-bioriesgo fueron entrelazados con diferentes prácticas de conocimiento, poder, gubernamentalidad y co-habitación.Minimizar riesgos durante emergencias conlleva acciones imaginativas. Éstas tuvieron lugar en el tratamiento del cura español repatriado, para el que se reabrió el hospital especializado en epidemias previamente desmantelado. También sucedió con otro perro en Estados Unidos, para el que se habilitó un centro militar abandonado. Sin embargo, con Excalibur, en lugar de tratar el (des)conocimiento del futuro como incierto (y así manejar los riesgos de Excalibur-con-Ebola), las autoridades españolas decidieron “eliminar” al perro, colapsando así la distinción entre los riesgos y el mismo Excalibur.  Esta acción provocó que tanto personas como mascotas protestaran en la calle y en las redes de comunicación, materializando así una emergente ecología multi-especie. El evento, temporal y concentrado, hizo posible la visibilización de nuevos sujetos políticos (las mascotas) en otras formas de espacio y tiempo,  así como el deseo de nuevas formas de organización de la vida (y la muerte) a la vez que renegociando los conceptos de lo público y lo privado. 

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