La transformación reciente del centro histórico de México D. F. ha implicado una alianza público-privada, en la que el Estado local ha servido claramente a los intereses de cierta burguesía nacional. Tras décadas de abandono, la revitalización demográfica y económica de este espacio ha tenido como objetivo declarado la introducción de clases medias. Esta se justifica en la necesidad de revertir el declive demográfico y en la bondad de promover la mezcla social. Aunque el término gentrificación no se utiliza desde el discurso científico-técnico en la ciudad de México, los planteamientos coinciden en gran medida con lo que se ha escrito en los últimos años sobre la posibilidad de una gentrificación positiva o una gentrificación sin desplazamiento. Es este un debate con cierto recorrido en el mundo anglosajón y que recientemente se ha trasladado a América Latina. La presente contribución analiza la operación de ingeniería social desarrollada en sectores delimitados del centro histórico. Sobre esta, se argumenta que la mezcla social no va más allá de la superposición de hábitats sociales claramente diferenciados y que interactúan de forma conflictiva. Además, se defiende que mientras se han desarrollado políticas para la introducción de grupos sociales de estatus más elevado, los procesos que conducían al desplazamiento y al declive demográfico han seguido actuando sobre las clases populares o se han intensificado como consecuencia de la intervención público-privada sobre el espacio. De esta forma, es detectable una tendencia hacia la gentrificación de sectores delimitados del amplio recinto colonial de la ciudad de México. El trabajo se basa en un estudio de caso fundamentado en un prolongado trabajo de campo. La observación y las entrevistas se apoyan en el análisis de documentos y de indicadores sociodemográficos del censo.

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