En esta comunicación reflexionamos en torno al papel que desarrollan los huertos urbanos como espacios de contestación, como recurso social, simbólico y económico ciudadano, a través del estudio de caso de Sevilla. El gobierno de esta ciudad, dentro de la lógica neoliberal, tiene como ejes centrales de su política local el turismo, el comercio global y la rehabilitación del centro histórico –acompañado de procesos de gentrificación-. Frente a la ciudad mercantilizada y construida como destino turístico, otra cara se muestra en la periferia y en los intersticios del centro histórico. Las iniciativas que promueven huertos urbanos están, frecuentemente, conectadas con lecturas de la ciudad que van más allá de la ideología neoliberal. La horticultura urbana se asocia con la defensa del territorio frente a la especulación urbanística; con la reivindicación del espacio público como derecho ciudadano; con la demanda de una soberanía alimentaria y unas prácticas más saludables… Nuestra intención es describir estos fenómenos de contestación social y analizar en qué contextos particulares estos procesos se integran en un discurso patrimonial. Los datos indican que en las situaciones donde el liderazgo ideológico ha sido importante o donde el conflicto con otros intereses ha sido nítido, es cuando se produce una lectura desde el patrimonio. La creatividad social suma así las posibilidades administrativas y legislativas que ofrecen las actuales leyes de patrimonio para hacer de estos espacios auténticos recursos de ciudadanía.

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