El contexto de la Realidad en la modernidad se caracteriza por la presencia de una ideología cuantitativa, donde es necesario que todos los elementos que la conforman puedan contabilizarse para adquirir “valor” económico y formar parte del mercado.La praxis y los discursos característicos de nuestras sociedades occidentales están encaminadas a la consecución del principal valor moderno, “el dinero”, de manera que las acciones que no persigan ese fin no resultan rentables en nuestra sociedad.Esta lógica imperante perpetúa la reproducción del sistema a través de la maternidad, configurándose esta en una triada estructural de reproducción-producción- consumo. A través del conocimiento experto se legitiman ciertos discursos y prácticas acerca de la maternidad que persiguen un único objetivo, la supervivencia de un determinado orden social, cultural, político y religioso. Este entramado dirige a las mujeres a sufrir un tipo de violencia estructural que las impulsa no solo a convertirse en madres sino en “buenas madres”.Reflexionando a la luz del estudio de dos formas de concebir la maternidad - mujeres solteras adoptantes y mujeres Fulah de  África- constatamos que ambas construcciones dirigen hacia un mismo fin: la reproducción y la supervivencia de la estructura social moderna.

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