Este estudio que a continuación presento es una reflexión sobre el trabajo de tres ONGDs peruanas para abordar y superar las desigualdades de género con poblaciones indígenas en el Perú desde sus “propias experiencias”. Estas ONGDs ha privilegiado el análisis de género dejando de lado las condiciones históricas que han creado una organización social basada en la opresión etnorracial.El ser “indígena” sigue siendo un aspecto crítico, son las marcas étnicas y fenotípicas que se utilizaron desde el colonialismo - y aún se utilizan- para definir el “ser indígena”.  Con la finalidad de alejarse de las connotaciones negativas el término indígena fue reemplazado en la década de los setenta por el de “campesinos”, intenta remarcar una posición socioeconómica, de clase.He recogido las críticas realizadas a la imposición de modelos hegemónicos de género para finalmente presentar propuestas de articulación de género y etnia; incluyendo las propuestas académicas que hablan de las intersecciones entre etnia, raza, género como: la “trenza de la dominación”, la “mujer es más india” hasta llegar a los feminismos decoloniales.En esta comunicación planteo la necesidad complejizar los trabajos que en el marco de la cooperación al desarrollo se está realizando con población indígena ya que el género, ni la clase ni la raza por si solas permiten abordar las múltiples opresiones desde un mismo frente de acción.

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