Como apunta Bauman, es el momento de una antropología de la retropía que reviva imágenes del pasado que puedan alimentar el eterno ideal utópico de la sociedad feliz. En este contexto, una de las temáticas que emergen con fuerza es la recuperación de patrones pretéritos de reproducción de corte naturista. La nostalgia de modelos culturales, de paradigmas o etnoobstetricias de antaño que respeten los biorritmos naturales de la procreación, desligándola de una vez de intereses contingentes y biopolíticos. En este habitus se sitúa la actual lucha de resistencia que se está dirimiendo contra los abordajes hegemónicos de los partos en el seno de los paritorios de corte intervencionista. Se trata de una crítica de ciertos patrones asistenciales hegemónicos que, influidos por ideologías posthumanistas y tayloristas, centran su atención en la medicalización, tecnologización y protocolización de los partos normales. Estamos, en definitiva, ante una retropía del parto natural que sitúa sus expectativas en la defensa del cuerpo de las mujeres en clave de máquina perfecta, ante una especie de ensoñación del parto originario que, inspirado en el mito del buen salvaje, encuentra su soporte en modelos ecológicos y mecanicistas del pasado.