Los aluxes son, sin duda, una las entidades “sobrenaturales” más presentes en la cosmología de los mayas peninsulares contemporáneos. A diferencia de la suerte corrida por algunos otros integrantes del panteón nativo originario, que vieron decaer sus influencias sobre sus añejos campos de actuación, los aluxo´ob han mantenido una vigencia tan notoria que no es extraño escuchar o leer acerca de sus “travesuras” y apariciones hasta en las páginas de los diarios editados en las capitales urbanas de la Península. Sin embargo, la imagen en exceso folclorizada y simplificada que de estas entidades se proyecta desde estos ámbitos poco o nada refleja la importancia que mantienen, a día de hoy, en ámbitos tan diversos de la cosmovisión indígena como pueden ser las concepciones nativas sobre el origen de la humanidad, hasta el éxito en el cultivo de las milpas y la cría de animales. Prueba de la vigencia que mantienen los aluxo´ob es su presencia como protagonistas en un sin número de piezas de la tradición oral maya peninsular, amén de ser los destinatarios de un buen número de los rituales vinculados a las actividades productivas que aún perviven en el ámbito indígena peninsular. Con base en los datos etnográficos recabados en la comunidad campechana de Nunkiní durante los últimos años, el objetivo de la presente ponencia será esbozar un panorama general sobre las heterogéneas representaciones y atribuciones que para los mayas peninsulares tienen estas entidades poderosas y sagradas.