En el año 1996 la Organización Mundial de Salud definía que “En el parto normal, debe existir una razón válida para interferir en un proceso natural”. Basadas en esa recomendación han surgido una serie de prácticas y políticas alrededor del mundo que fueron redefiniendo las técnicas corporales para asistencia al parto. Pero ya en 1987, un hecho significativo nos ayuda a comprender la producción de ese discurso en el campo de la asistencia al parto, puesto que ese período fue marcado por la entrada formal del Banco Mundial como definidor de políticas públicas en el campo de la salud. Tal acontecimiento se da cuando al Banco Mundial le parece seguro que su actuación no se contrapone al liberalismo económico, al revés, tenía ahora todos los medios, condiciones y oportunidades para profundizarlo. Así, partiendo del análisis del discurso de teóricos activistas, protocolos y recomendaciones que componen las bases normativas del Movimiento por el Parto Humanizado, esta comunicación analiza la emergencia del discurso de libertad y no intervención como principios orientadores de los nuevos procedimientos de la asistencia al parto reflexionando críticamente sobre los peligros en un escenario de profundización de la agenda neoliberal. ¿Sería la humanización del parto una política disimulada que secuestra un derecho social fundamental? ¿Estaría concediendo los servicios de asistencia a la maternidad a la iniciativa privada a través de una práctica discursiva neoliberal?¿Sería en ese cuerpo liberado donde “la libertad” como ética actualiza el dispositivo de la sexualidad?