La Antropología como relato, la Historia como experiencia
La "descripción densa" es una de las grandes aportaciones
teórico-metodológicas de Clifford Geertz y apunta hacia una de las
características epistemológicas más potentes de la Antropología: su carácter
holístico. No se hará aquí una genealogía del concepto, aunque sí reivindicará
puntualmente que este tipo de enfoque es el que hallamos en la forma de trabajar
no pocos historiadores, entre ellos -avant la lettre- Marc Bloch. Más allá de
estas referencias, la comunicación quiere centrarse en ese aporte geertziano en
relación a la concepción de la realidad como "texto"; texto contextual y
fragmentario que, por su propia naturaleza es imposible recomponer. Así, el
análisis antropológico ha enriquecido su perspectiva abandonando algunas de las
constricciones teóricas del pasado, pero reduciendo en sus formulaciones
radicales cualquier hecho social a una amalgama de puntos de vista, más que la
manifestación de prácticas y significados. Frente a esta deriva
interpretativa, la Historia ha ido en paralelo desprendiéndose de sus propios
lastres teóricos, incluso los del "giro lingüístico", para adoptar de la
Antropología algunas perspectivas de análisis y, sobre todo, la consideración de
que la experiencia humana es, en toda su complejidad, fruto de la acción social.
Esta perspectiva acerca a determinados historiadores a los parámetros con que el
concepto de Cultura es manejado por los antropólogos. En esta doble intersección
o intercambio de papeles, ambas -Historia y Antropología- solo pueden
enriquecerse, contribuyendo a disolver las fronteras disciplinares tejidas por
distintas tradiciones académicas.
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