Mientras para sectores no indígenas la escolarización fue entendida como un “bien” (valor) que facilitaría condiciones mejores de vida y con ello de “ciudadanía”- entendiendo por esta última la versión liberal del siglo XIX de reconocimiento de derechos civiles e individuales-, el “beneficio” de la escolarización no ha tenido el mismo desarrollo ni significado para las comunidades indígenas. Se espera mucho de los jóvenes en las comunidades indígenas y, vinculado con ello persiste una demanda por la profesionalización presente en expresiones como: “ser un profesional para tener mejores condiciones de vida” y “ser un profesional para ayudar y trabajar por la comunidad”. No obstante, en las comunidades y en el debate de organizaciones indígenas también se ha replanteado el sentido de la educación superior. En este texto busco problematizar expresiones como las señaladas, considerando dos líneas analíticas en este campo de estudio como el impacto de programas escolares universitarios en las biografías y trayectorias formativas de jóvenes indígenas, y la vinculación entre expectativas personales de los jóvenes por la escolarización a nivel superior con las de las comunidades/familias de las que provienen.