Una mujer italiana de clase media educada en una familia católica intenta dialogar - en el marco de su investigación doctoral en Antropología Médica - con unas mujeres egipcias de clase baja, educadas en familias musulmanas e ingresadas en un hospital psiquiátrico de Alejandría con un diagnostico de esquizofrenia. Su idea es de aproximarse a esas mujeres (que encarnan, en su percepción inicial, muchos niveles de alteridad) integrando los métodos de la investigación etnográfica con técnicas de expresión artística: su objetivo, intentar entender cuáles son sus percepciones de la vida institucional y cuáles fuerzas externas al hospital han contribuido a construir sus identidades de pacientes psiquiátricas. La investigadora propone la realización de talleres de dibujo adentro del psiquiátrico, en los cuales las pacientes, los psiquiatras y ella misma se confrontan sobre temáticas relacionadas a la vida hospitalaria y a la enfermedad mental. Se intenta a partir de allí crear un espacio físico y simbólico alternativo al contexto totalizante de la institución, en el cual la escucha y la libre expresión sean fomentadas. Pero, ¿es suficiente cambiar de lugar y de técnicas para que las lógicas estigmatizantes, homogénizantes y infantilizadoras hacia el “enfermo mental” no se reproduzcan? ¿Es suficiente ser antropólogas para ser inmunes a ciertos estereotipos que nuestra disciplina intenta criticar y superar? ¿Cuánto espesos - aunque invisibles - son los muros interiores que elevamos al interactuar con “el otro”? Quizás los muros del hospital psiquiátrico no sean otra cosa que la materialización de una rigidez que empieza con una actitud de defensa respecto lo incomprensible. Esta comunicación pretende reflexionar sobre dichos dilemas utilizando como base del discurso los dibujos que las pacientes, los psiquiatras y la investigadora misma realizaron durante meses de interacción.

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