Partiendo del contexto de crisis, en esta comunicación haremos un recorrido por diferentes escenarios, poniendo de manifiesto la relevancia que sigue teniendo la noción de economía moral, acuñada por Thompson (1971). Con este concepto, este autor se refiere al conjunto de principios y obligaciones sociales que, contraponiéndose a la lógica de la economía capitalista evidencian la exigencia de una moralidad en todos los procesos económicos relacionada con los principios de justicia, el reparto de los recursos, el comportamiento esperado, y las obligaciones y las responsabilidades que han de regir dichos procesos económicos. Partiendo de esta reflexión de fondo, consideramos que la noción de economía moral sigue siendo muy útil para el análisis de ciertos contextos actuales, preguntándonos sobre las moralidades a las que están apelando diferentes actores dentro de los discursos existentes sobre la crisis. En este sentido se abordarán los discursos económicos dominantes que han intentado justificar la crisis económica como una consecuencia de “haber vivido por encima de nuestras posibilidades” ó el “hay que apretarse el cinturón”, relatos en los que se apela a las responsabilidades individuales. De la misma forma, se propone contrastar los relatos surgidos actualmente con los existentes antes del estallido de la crisis financiera relacionados en ámbitos como la compra de vivienda, el trabajo asalariado o la participación en la sociedad del consumo Igualmente, se analizarán los que relatos relacionados con la economía moral emergen ante los casos significativos de corrupción política que están surgiendo nuestro país. Finalmente, se contrastarán los principios a los que se alude dentro de la economía moral, con aquellos otros esgrimidos desde algunas prácticas existentes en los márgenes del sistema hegemónico, y que tratan de construir alternativas al sistema capitalista, relacionadas con la economía social y otras prácticas colaborativas.

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