El envejecimiento es un proceso gradual que atraviesa las distintas fases de la vida y que tiende a enfatizarse física y socialmente durante la ancianidad. Llegar a la vejez significa mostrar gradualmente limitaciones físicas correspondientes a la edad, además de enfermedades asociadas. Sin embargo, aquello no significa que el papel de los ancianos y ancianas en la sociedad no resulte relevante, sobre todo cuando estas limitaciones no han alcanzado su máximo desarrollo. Hoy en día, ancianidad y cuidado están relacionados cotidianamente de una manera unidireccional. Hacia una percepción del anciano como demandante de cuidados y no como dadores de cuidados. Invisibilizando de esta manera todos los trabajos de cuidado que estos actores sociales efectúan diariamente en una sociedad cada vez más envejecida. La presente propuesta busca compartir las primeras evidencias de un trabajo etnográfico que sitúa el objeto de análisis en la co-construcción cultural del cuidado entre parejas de ancianos en la esfera matrimonial. Pero, en un escenario atípico donde el esposo se configura como el sujeto activo de cuidados y la esposa como la receptora de estas atenciones, en contextos de enfermedad y aflicción. Buscando reflexionar sobre las diversas dimensiones sociales y culturales que atraviesan estas trayectorias del cuidado cotidiano: cómo se solapan, se transforman o perpetúan hacia un cuidado del hombre anciano.

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