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Del olvido al no me acuerdo: tsotsiles migrantes en la experiencia del hacer lugar

Actualmente la migración recobra una importancia geopolítica, territorial y cultural tal que obliga a visualizar las experiencias del viaje migratorio y de quien lo realiza, experiencia presentada de forma heterogénea condicionada por el género, edad, etnia, clase social, credo, contexto de origen, entre otros.Este fenómeno se presenta de diversas maneras, trayectos hacia México, desde México y en México. Aquí revisamos el fenómeno desde el interior, la migración intraestatal (o bien intralocal), es decir, al interior de una misma entidad federativa. Ésta tiene como protagonista a un sujeto migrante complejo, en quien se intersectan políticas de Estado que regulan su vivencia y desplazamiento por el territorio, quien es visto como otro en su propia tierra. El otro indígena, tsotsil, presbiteriano.En Chiapas continúan dándose procesos migratorios internos de pueblos originarios expulsados que se han establecido en entornos urbanos. Tal es el caso de los tsostiles de Nuevo Zinacantán, desplazados por diferencias religiosas que conformaron este asentamiento ubicado en las periferias de Chiapa de Corzo, Chiapas.El proceso de ingreso y permanencia de la población neozinacanteca ha implicado negociaciones entre ellos y con sus nuevos vecinos, pero también reacomodos familiares, los que se quedan, los que se van, los que llegan después. Aquí se revisa una experiencia de desplazamiento forzado cuyo recuerdo es individual pero también podría ser heredado, aprehendido casi de forma hipodérmica, al establecerse en este lugar las nuevas generaciones tienen presente el recuerdo de ser migrantes, es decir, el recuerdo es mediado por la familia.

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