El objetivo de esta comunicación es el de analizar cómo los imazighen rifeños (bereberes del Rif, Marruecos) representan a la madre y al hijo en uno de los momentos que configuran el proceso procreativo: el período que comprende desde el embarazo hasta la celebración del ism, la ceremonia de imposición del nombre al hijo que, según el modelo rifeño, se da en el séptimo día después del nacimiento. Pondré el foco del análisis en dos nociones que vertebran esta representación: la de unión entre madre e hijo y la de separaciones, ambas enmarcadas en un proceso cuyo objetivo es que el hijo sea considerado socialmente un individuo. Será necesario contextualizar este proceso en el marco procreativo del embarazo, en tanto período de máxima unión entre madre e hijo, en el parto, representado como el momento de la primera separación entre ambos, la física, y en el ism, momento de la segunda separación, la identitaria que dotará de individualidad al hijo. A pesar de estas dos separaciones, la unión entre madre e hij@ que se fundamenta en el parentesco se mantendrá a lo largo de la vida; es la leche materna como substancia y la crianza aquello que los rifeños conceptualizan como elementos que crean parentesco. El análisis de este marco de representación conjuntamente con las nociones que lo vertebran me permitirá mostrar cómo la forma en que madre e hijo son conceptualizados explica el proceso por el cual el recién nacido adquirirá la diferenciación social y corporal de su madre que le permitirá su incorporación como nuevo miembro de la familia y de la sociedad.

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