¿Qué conexiones puede haber entre una imagen de un joven anarquista acusado de poner una bomba, engrillado y rodeado de gendarmes con las imágenes vueltas metáforas sobre la nación y la patria como un cuerpo enfermo y canceroso que nos propusiera el poeta Vicente Huidobro en sus manifiestos de 1925?Donde a simple vista no hay articulación posible es que comienza la presente ponencia: unir aquellas imágenes que comúnmente pasan de largo, en un incesante movimiento, y a través de un ejercicio de emplazamiento (tomar posición) establecer la red simbólica y antropológica que une imágenes visuales y literarias de distinto tiempo y época. No se trata de cualquier imagen: en esta ocasión nos interesan aquellas imágenes de la actoria social y el protagonismo juvenil elaboradas desde comienzos del Siglo XX. Este primer ejercicio de conexión se conecta con aquello que Didi-Hu berman, siguiendo al teórico Aby Warburg, ha denominado la superficie movediza de las imágenes. En segundo lugar, establecidas las conexiones imagenéticas, nos interesa indagar en aquella dimensión central que pone en marcha una imagen con la propia experiencia de agencia: las emociones, aquellas alegres como también aquellas tristes. De esta forma, gestos, palabras, corporalidades y espacialidades movilizan un componente emocional que resulta un excedente. La noción de excedente emocional de las imágenes organiza, de esta forma, nuestro eje interpretativo a desarrollar en esta presentación.

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