La ponencia propuesta busca analizar cómo se perciben mutuamente los residentes de un sector socialmente homogéneo de urbanizaciones cerradas de la Zona Metropolitana del Valle de México y los pobres que viven del otro lado del muro y a menudo trabajan para ellos. Se busca mostrar cómo, en un contexto marcado por la inseguridad y fuertes desigualdades socio-económicas, la relación desigual entre trabajadores y empleadores está estructurada por el poder que ejercen los residentes sobre los pobres, produciendo estigmatización y autodesvalorización de estos últimos, y cómo éstas producen desigualdades simbólicas así como distanciamiento social y espacial materializado por muros y un cordón verde. La sociabilidad entre empleadores y empleados puede exceder la relación de trabajo entre ellos, pero, en todo caso, los vínculos son profundamente asimétricos. La ponencia reflexiona sobre la desconfianza y el miedo, condiciones propias de la “modernidad líquida” que impera y caracteriza las relaciones entre pobres y ricos en la sociedad contemporánea en contextos como el latinoamericano.

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