En las últimas dos décadas ha renacido el interés a nivel científico y político sobre la importancia de la conservación de la agrobiodiversidad y más concretamente de las variedades tradicionales. Diferentes estudios han demostrado que las semillas y su intercambio contribuyen a crear tejido social y están relacionadas con los valores culturales y las reglas sociales de las comunidades a las cuales pertenecen. La conservación de las variedades tradicionales se ha realizado a través de la gestión colectiva en las comunidades agrarias, es decir, como recursos comunales. En este estudio analizamos el significado social y político de las variedades tradicionales partiendo de datos recogidos entre 2008 y 2012 en dos zonas rurales de la península Ibérica (Sierra Norte de Madrid y Pirineo catalán). Durante el proceso de investigación hemos utilizado una combinación de métodos cualitativos y cuantitativos, entre ellos observación participante, entrevistas semi-estructuradas, talleres participativos, inventarios y cuestionarios. Nuestros resultados sugieren que las variedades tradicionales en las sociedades contemporáneas industrializadas tienen gran importancia en el mantenimiento de la identidad cultural y en el sentimiento individual de pertenecer a una comunidad. El intercambio de semillas ayuda a crear y mantener relaciones sociales y fortalece el tejido social de las comunidades en las áreas estudiadas. Las variedades tradicionales en las comunidades estudiadas se han gestionado como recursos comunales con derechos colectivos de uso y de intercambio de conocimiento. Concluimos que las variedades tradicionales son un bien comunal y debe respetarse el derecho de los agricultores a producir e intercambiar su propia semilla. 

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