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REESCRIBIENDO LA HISTORIA. NUEVOS SIGNIFICADOS PARA VIEJOS RITUALES.

Todo ritual, sea cual fuere, tiene que tener una razón que lo justifique. Han de tener un carácter rememorativo; recordarnos viejas historias o lealtades a viejos dioses en agradecimiento de favores recibidos en un momento dado. Historia y mito se entremezclan, la primera como referencia a acontecimientos que, real o supuestamente, ocurrieron; y el mito como interpretación de estos hechos en claves identitarias que particularizan y singularizan el deseo de la comunidad de mantener su celebración. Sin embargo, si los acontecimientos históricos pudieran ser demostrables, las razones que los motivaron y las consecuencias que provocaron siempre serán interpretaciones revisables en el tiempo.Es lo que está ocurriendo con muchos rituales y festejos “tradicionales” en los que no se cuestiona su razón de ser y continuidad como referentes identificatorios significativos locales, pero sí la razón que los motivaba y el modo cómo han de ser interpretados.Nuestra comunicación parte de la interpretación de varios de los estudio de caso analizados en el proyecto “Patrimonio cultural e interculturalidad. Nuevos sentidos en los procesos de patrimonialización en Andalucía” (2015-16), concretamente las fiestas de moros y cristianos de Benalauría (Málaga), Benamahoma (Cádiz) y Zújar (Granada), así como del ritual de La Toma de Granada. La inequívoca victoria de la cristiandad sobre el Islam puede que sea historia, pero ya no queda tan claro qué se perdió en este proceso y como se llevó  a cabo; y así se refleja en viejos rituales cuya puesta en escena actual cuestiona abiertamente los discursos que originariamente los motivaron.

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