El presente trabajo explora en profundidad las transformaciones experimentadas por una comunidad oyente, situada en un país del África subsahariana, ante la llegada de un niño sordo. El participante, que no ha desarrollado ningún lenguaje oral ni signado, es acogido en una institución para niños de la calle gestionada por una ONG española. Mediante un estudio de caso longitudinal se describen y analizan las interacciones multimodales que se producen entre los menores y educadores de la comunidad, todos ellos oyentes, y su nuevo miembro sordo. Los resultados muestran con gran nivel de detalle el proceso por el cual los participantes desarrollan un código comunicativo de carácter gestual, a través de la interacción con un nuevo miembro sordo y su participación en la vida de la comunidad. Los primeros gestos empleados por el niño empiezan a ser empleados y generalizados por sus compañeros mediante procesos de ritualización. A través de la implicación en las prácticas cotidianas de la comunidad, el uso del código gestual se va extendiendo entre sus miembros, refinando formas de comunicación que les permiten superar en parte las barreras del lenguaje oral. Los análisis apuntan a los procesos de participación en comunidades de práctica como el principal motor para el surgimiento de las comunidades signantes que se han localizado alrededor del mundo. Los procesos de inclusión/exclusión dentro de la comunidad, así como la legitimación de la participación de las personas sordas en los grupos sociales, aportan herramientas de análisis que permiten explicar las bases del desarrollo de las Comunidades Sordas y las lenguas de signos modernas.