El exponencial desarrollo tecnológico de las últimas décadas traspasa las fronteras de lo meramente material para incidir en distintos tipos de agrupamientos humanos produciendo y reproduciendo nuevas formas de ver, entender y estar en el mundo. En este sentido, el papel que juega actualmente la tecnología en la generación de nuevas identidades híbridas entre lo humano y lo tecnológico supone un campo interesante de investigación, más aún si tenemos en cuenta que prácticamente asistimos al incipiente nacimiento de una realidad que no tienes visos de remitir, por el contrario cada vez son más numerosas las muestras de imbricación entre estas dos dimensiones, convirtiéndose incluso en un elemento clave para la construcción de sentido y el establecimiento de utopías futuristas en las que el papel de la tecnología se concibe como un bien con múltiples potencialidadesDe esta forma, asistimos a la generación de nuevos formatos de creencias en lo espiritual que se ven sustentados por el propio uso de estas herramientas como base para el desarrollo de prácticas rituales así como para la producción de discursos en los que la ciencia y la tecnología suponen la clave de un argumentario que los dota de sentido como elementos sacros. Así pues, nos aproximamos aquí al movimiento cultural Psytrance, el cual desarrolla una forma de expresión espiritual conocida como tecnochamanismo, un tipo de hibridación hombre-máquina que tiene su principal impacto en el ámbito de las creencias religiosas y que ofrece una nueva lectura para la clásica dicotomía ciencia-religión.