En las sociedades occidentales contemporáneas, cada vez más la experiencia de la maternidad es producto de un proceso de reflexión y algunas mujeres consideran como opción el “derecho a decir no” (Badinter 2008). En este sentido, las decisiones que toman las mujeres en relación a ser (o no) madre, las distintas vías de acceso a la maternidad (a través de la biología, las nuevas tecnologías de procreación, los procesos de adopción o acogida) y los particulares contextos sociales (condiciones materiales, temporales y subjetivas) configuran un rico escenario de interpretación sobre las tensiones que se generan entre el deber de descendencia y los deseos ambivalentes de maternidad.Actualmente, en nuestra cultura coexisten y conviven modelos de maternidades emergentes y no-maternidades creando nuevas significaciones, discursos y prácticas parentales. Estos modelos, cada uno desde su singularidad, cuestionan la omnipresencia del modelo de maternidad hegemónica instituyéndose como alternativas y en oposición al modelo de procreación biológica, bajo la institución del matrimonio y la heterosexualidad.En esta comunicación se indaga cómo el género y el parentesco mutuamente (Collier & Yanagisako 1987) confluyen en la construcción de los deseos y el deber de descendencia como relaciones de poder y desigualdad en la genealogía familiar. Finalmente, se analizan distintas experiencias de no-maternidades como una elección posible y legítima, proceso de aprendizaje que implica re-situarse en las relaciones de género y de parentesco, en tanto que rompen las expectativas esperadas.