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“Dejarse afectar” por el campo. Otra manera de hacer etnografía encarnada.

En 1990 Jeanne Favret-Saada, con la publicación deÊtre Affecté, plantea un nueva forma de hacer etnografía y nos invita a “dejarnos afectar”, viviendo y experimentando las realidades en las que nos inmiscuimos como etnógrafas, y yendo un pasó más allá de la participación o de la empatía que hasta ese momento se desarrollaban en el campo. Así, surge un nuevo debate en la disciplina en torno al quehacer metodológico y la cuestión de los afectos en la trastienda de la investigación. Pero también, y de forma directa, en lo que se entiende por afectación o afectos, y en la manera de relacionarnos con el mundo.   A partir de lo sugerido por Favret-Saada, haré un recorrido por el trabajo de campo de la investigación que estoy desarrollando en la actualidad, y que versa sobre los procesos de recuperación en depresiones de una veintena de personas residentes en Cataluña y País Vasco. Durante los acompañamientos en el campo y las entrevistas que realicé, algunas veces me “dejé afectar” de forma intencional, otras pasó por sorpresa, y otras tantas quizás tarde tiempo en poder analizar o definir como tal. Pero en general, esa forma de hacer etnografía me ha permitido un acercamiento encarnado al objeto/sujeto de estudio que de otras formas no hubiera alcanzado, y que han aportado información esencial para el análisis final, aunque no sin dificultades o contratiempos.     Bibliografía: Favret-Saada, Jeanne (1990). “Être Affecté”. Gradhiva (première série) Revue d’Histoire et d’Archives de l’Anthropologie, N°8, 3-9.

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