La posibilidad del sexo está presente en la vida de las personas bajo diversos marcos de relación. En esta investigación se ha comparado como afecta al desarrollo de las relaciones cuándo se producen bajo las situaciones institucionalizadas de matrimonio y de prostitución. Incluyendo –provisionalmente- en un genérico “amantes” al resto de marcos de experiencia.El modelo etnográfico se basa en entrevistas realizadas a mujeres trabajadoras sexuales en la modalidad llamada “escort”. La prostitución es el lugar desde el que poder analizar comparativamente la reciprocidad (que Karl Polany propone para las relaciones económicas) producidas en las relaciones personales en las que hubo sexo. En primer lugar considero que se produce un intercambio de sexo, dinero y también afecto, bajo casuísticas caleidoscópicas.En las conclusiones se redefinirán estos marcos de relación (más o menos institucionalizados) en formatos de relación caracterizados por un continuum de infinitas posibilidades intermedias que difuminan las categorías estancas y reificadas de “prostituta”, “esposa” y “amante”, acompañadas por una descripción amoral de las condiciones de posibilidad y características materiales, temporales y simbólicas. Cuestionando así la construcción social que identifica al matrimonio con el prestigio y la prostitución con el estigma, ya que las expresiones y experiencias percibidas de la reciprocidad no tienen una relación sustantiva con el marco relacional en que se producen.El rol de las construcciones sociales de género es un factor fundamental. Por este motivo las informantes son mujeres que atienden a hombres, si bien atendiendo a no naturalizar estos roles.

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