En este artículo pretendemos realizar una caracterización de los cambios en las identidades y en las relaciones sexuales y afectivas entre varones, a través del estudio de las transformaciones acontecidas en las teteras en los últimos veinte años.Teteras, en el argot marica porteño, son aquellos baños públicos que devienen escenarios de intercambio erótico entre varones, según estrictas reglas de interacción.El paper comparará dos observaciones etnográficas realizadas en los circuitos de teteras de la Ciudad de Buenos Aires. Una efectuada por Pablo Ben en 1997 y otra realizada por Santiago Joaquín Insausti en el 2017, en la cual se intentara rastrear las derivas y los derroteros analizados veinte años antes. En base a estas dos observaciones, reflexionaremos sobre los cambios en los patrones de homo-sociabilidad urbana acontecidos en las ultimas décadas.En los últimos años, en la academia argentina, primaron algunas versiones de la historia de las maricas que describían a las teteras como espacios de plena opresión. Acorraladas por la represión policial, las maricas eran expulsadas del espacio publico refugiándose en los baños –interpretados como espacios privados- y descriptos como escenarios signados por la vergüenza y la humillación. Problematizando estas posiciones, nosotros entenderemos a las teteras no como espacios de opresión sino como zonas de resistencia movilizadas por lo lúdico y lo libidinal.

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