En los últimos años, el mal de Chagas ha adquirido una nueva configuración científico-técnica y social que ha situado el diagnóstico y el tratamiento en el centro de las intervenciones. Este nuevo marco ha abierto las puertas a una redefinición de las relaciones entre la salud y la enfermedad a través del riesgo, conceptualizado como un objeto-parásito que se ubica en un cuerpo receptáculo del mismo. Las intervenciones médicas giran entorno la idea de control y gestión de este riesgo a través de un tratamiento farmacológico - de controvertida eficacia y múltiples efectos secundarios - y una vigilancia periódica que tiene como finalidad hacer una detección temprana de las lesiones posibles, reinterpretadas como potenciales. La medicalización del riesgo como artefacto para manejar la incertidumbre condensa una serie de miedos con el fin de domesticarlos; sin embargo, su dimensión corporal y vivencial es mucho más compleja, trasciende los discursos expertos y se articula en los contextos sociales y biográficos de los grupos sociales, en los que adquiere sentido. Partiendo de un estudio etnográfico en curso realizado en Catalunya con mujeres trabajadoras provenientes de Bolivia y diagnosticadas con el mal de Chagas, el propósito de esta presentación consiste en explorar aquellas intersecciones entre los saberes expertos y los saberes vivenciales en las que las categorías de Chagas y riesgo se negocian a nivel simbólico, social y cultural. 

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