El ser humano  a través de los años, de usos y costumbres, ha fundamentado su fe y cultura en figuras simbólicas que son características de la región y parte de la tradición de un lugar, en el caso de México esa figura es representada por la virgen de Guadalupe, que unió a dos culturas en tiempos de la conquista, españoles e indígenas conformaron una hibridación cultural dando paso a una unidad urbana que prevalece hasta nuestros días y que es símbolo de unión y del mestizaje mismo que se dio en ese tiempo, millones de personas acuden los días 11 y 12 de Diciembre para externar su fe, estos actos integran al país como sociedad fortaleciendo su identidad. Cuando alguna zona se ve amenazada, la religión y la fe juegan papeles inexorables,  de igual manera, sucede en la actualidad, es el caso de la Merced en el centro de la ciudad de México, zona de comercios tradicionales desde el siglo XVI en donde a raíz de un proyecto de recuperación urbana que algunos catalogan como gentrificador se ha producido un efecto muy interesante, el Señor del Maíz, figura elaborada por un artista mexicano a base de granos de maíz es objeto de peregrinaciones y tratado como un santo robusteciendo la unidad urbana de la zona entre pobladores y mercados en resistencia a un proyecto de resiliencia promovido por el gobierno de la ciudad de México.

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