La planificación territorial del País Vasco, y más en concreto de la comarca de Tolosa, impulsa un desarrollo desigual e insostenible para las áreas rurales. Los procesos de contraurbanización, commuting y turismo, propuestos para su desarrollo económico, resultan en desigualdad social en un contexto en el que la movilidad es esencial.En primer lugar, expondré que el automóvil ha reconfigurado la vida social rural y su carencia limita sus oportunidades y acrecienta su desigualdad y exclusión social. Por una parte, porque los costos de capacitación son asumidos por la economía doméstica privada de la población rural y su viabilidad depende de la posibilidad de contraer ese gasto, y por otra porque cuando carecen de coche son especialmente dependientes de su capital social para activar redes de provisión.Asimismo, mostraré que la revitalización generada en esos pequeños municipios ha sido acompañada por la llamada gentrificación rural, esto es, la conversión de esa área en zona de clase media, con revalorización del mercado de vivienda, diversificación laboral  y segregación de grupos de bajos ingresos, campesinado a tiempo completo, principalmente.Finalmente, dado que para evaluar la justicia social debe pensarse en el problema del cuidado de las personas dependientes, porque es central para la justicia de género al ser  la mayor parte de este cuidado dado por las mujeres, los trabajos de cuidados asignados a las mujeres se instituyen como un elemento explicativo central del injusto desarrollo económico promovido por ese modelo territorial para su inserción en los flujos económicos europeos.

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