En el transcurso de los años 2013 a 2015, se etnografiaron en Barcelona manifestaciones –desplazamientos por el espacio público de multitudes reivindicativas -, impulsadas desde movimientos sociales. Estas manifestaciones, mostraron en su desarrollo formas de hacer, dinámicas y estilos que materializaban una clara ruptura con las culturas imperantes hasta ese momento en el desarrollo de manifestaciones (de índole laboral; político; otras). Históricamente normativizadas y sistematizadas en su ejecución, las manifestaciones etnografiadas materializan esa ruptura tanto por parte de los participantes y organizadores de las mismas  como también por parte de la autoridad gubernativa que pasó sistemáticamente por encima del marco legal y de la práctica normativa y normalizada de actuación frente a la vulneración de la norma sobre manifestaciones. La no-actuación en base al marco legal, podía implicar un mensaje por parte de la autoridad responsable conforme se aceptaba el cambio de las lógicas discursivas de la manifestación, así como una señal de temor ante las consecuencias que podría conllevar el intentar aplicar la lógica clásica del cumplimiento de la Ley en cuestión frente a una nueva lógica social en un momento de especial tensión. Por otra parte, los movimientos sociales mostraban también desde su nueva propuesta de ejecución de las manifestaciones, una clara propuesta de ruptura radical con los formatos clásicos, originando con ello situaciones no comprendidas del todo por parte de las propias manifestantes, en sintonía global a la búsqueda camino que aún están construyendo algunos movimientos sociales en relación a la posición y acción política.  

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