El sistema sanitario en su colaboración y construcción dentro del Estado de Bienestar representa lo que L. Coser denominó como institucion voraz . Esa voracidad por abarcar campos de su competencia y/o reconbenir a otras instancias lo adecuado o inadecuado de su actividad es una constante de los procesos de medicalización que venimos viviendo en Occidente desde mediados del siglo XX. La perdida de exterioridad, según Foucault, que la sanidad moderna ha supuesto apunta a la colonizacion de las funciones parentales delegadas en diferentes entornos institucionales. La práctica médica, especialmente la pediátrica, a la par que ser el umbral de acceso mas cercano y asequible desde la universalidad de su concepción,  se convierte en umbral a alcanzar en estandarización y normalización, obviando la desigualdad existente que no tiene acomodo en el mundo previsto y deseable del desarrollo de los individuos, acentuadamente en niños y niñas. Interés superior del niño y agudización de  pobreza infantil resultan anverso y reverso de la pragmática del bienestar institucional. Se propone explorar  principios epistemológicos,  discursos  legitimadores y normatividad  tras la cientificidad en la crianza de niños y niñas en sentido extenso. Las pollticas institucionales, tambien la pediatria,  parecen ahondar en las contradicciones del sistema social enfatizando la desigualdad y expropiando opiniones, saberes y experiencias en pos de objetivos, cientificidad y fraccionamiento de espacios y tiempos vitales.

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