Dentro del sector de las drogodependencias resalta un sector especialmente estigmatizado: tecatos. El término émic referido a consumidores de heroína, aunque con características específicas de edad y condición social. Jóvenes, pobres y delincuentes. De hecho, el vocablo popular regional transita, por sinonimia, entre el malandro y el malviviente. Lo más vil y menospreciado de Ciudad Juárez se ubica así en la cresta de la ola de un fenómeno ascendente. El consumo de drogas ilícitas vía intravenos, con la heroína a la cabeza, se ha multiplicado en Ciudad Juárez y Tijuana en la última década, atendiendo indicadores oficiales (CIJ, 2012; ENCODAT, 2017) La temátca, con antecedentes teóricos en Antropología, desde la antropología médica a la antropología física, pasando por el estudio de las corporalidades o etnografías contemporáneas como la de Bourgois y Schönberg (2009) Junto a la revisión teórica, este escrito pretende una propuesta teórico-metodológica que articule poder y corporalidad para el análisis concreto de la experiencia social del joven heroinómano, pobre, delincuente, circunscripto al entorno urbano juarense (Chihuahua, México) Esta zona fronteriza se caracteriza en los discursos académicos, mediáticos o activistas como escenario paragdimático para la observación de fenómenos socio-culturales ligados a los narcóticos y sus violencias. El postulado biopolítico será la guía de elucidación de las relaciones ocultas entre drogas y violencias, previo a una inmersión etnográfica en el campo de lo más vil y menospreciado.

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