Los universos digitales ingresan cada vez con más fuerza en nuestras sociedades. Simultáneamente, estos ganan terreno en las diferentes ramas del conocimiento en tanto que métodos para analizar la realidad que nos envuelve. En este sentido, la emergencia de los “drones” juega un papel protagónico. Estos pequeños hijos de la técnica más sofisticada han encontrado ya su espacio en diferentes actividades de nuestra sociedad, así como en algunas disciplinas científicas.  Si bien los Drones han sido utilizados mayoritariamente en el campo militar, actualmente se extiende vertiginosamente su uso a todo el ámbito civil. Agricultura, control de incendios, planificación urbanística, gestión del patrimonio, atención en catástrofes, abordaje en zonas contaminadas, etc., son sólo algunos ejemplos. Por su parte, las ciencias sociales (en especial la antropología y la arqueología) no se mantienen al margen de este importante proceso. De hecho, actualmente se puede apreciar la utilización de dichos dispositivos como parte del aparataje metodológico de diversas investigaciones. Por lo tanto, la presente comunicación tiene por objetivo analizar el papel de los drones en la antropología como complemento en los trabajos de campo, así como vislumbrar sus ventajas y desventajas hacia la misma en tanto que dispositivos emergentes que ingresan en la actividad científica. Así, podremos analizar en qué medida se desdibujan las fronteras entre lo tecnológico y lo humano, y qué lugar acaba ocupando cada uno de estos elementos.  

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo