Desde hace más de una década, el barrio de Vallcarca, en Barcelona, representa una de las cuestiones urbanas y urbanísticas de más complejo abordaje para los gobiernos de la capital catalana. Esta comunicación pretende analizar las relaciones que la organización social local ha mantenido en los últimos diecisiete años con el poder político-institucional impulsor de un controvertido plan urbanístico - la Modificación del Plan General Metropolitano del 2002 (MPGM) – el cual prevé la regeneración de un barrio de clase popular, y de supuestamente escasa rentabilidad, y su transformación en una zona de alto standing y de consumo turístico. Una investigación etnográfica enfocada en el estudio de los impactos sociales de ese planteamiento urbanístico de cariz neoliberal, ha permitido poner en evidencia el papel jugado, como lugar de memorias y resistencias, por el propio barrio. Así, Vallcarca se muestra como la base de una organización social que ha ido construyendo imaginarios urbanos y consciencia barrial y ha acabado impactando de forma determinante sobre el inicial y utópico planteamiento de cariz gentrificadora.  Explorar las relaciones político-sociales, por un lado, nos brindará la posibilidad de reconstruir la estructura de poder que ha dado, y sigue dando, continuidad al proyecto urbanístico a pesar de los cambios de gobierno municipal. Por otro, nos permitirá subrayar las actuales prácticas espaciales alternativas y conflictivas como estrictamente vinculadas a la producción de localidadcomo proyecto colectivo popular.Desde hace más de una década, el barrio de Vallcarca, en Barcelona, representa una de las cuestiones urbanas y urbanísticas de más complejo abordaje para los gobiernos de la capital catalana. Esta comunicación pretende analizar las relaciones que la organización social local ha mantenido en los últimos diecisiete años con el poder político-institucional impulsor de un controvertido plan urbanístico - la Modificación del Plan General Metropolitano del 2002 (MPGM) – el cual prevé la regeneración de un barrio de clase popular, y de supuestamente escasa rentabilidad, y su transformación en una zona de alto standing y de consumo turístico. Una investigación etnográfica enfocada en el estudio de los impactos sociales de ese planteamiento urbanístico de cariz neoliberal, ha permitido poner en evidencia el papel jugado, como lugar de memorias y resistencias, por el propio barrio. Así, Vallcarca se muestra como la base de una organización social que ha ido construyendo imaginarios urbanos y consciencia barrial y ha acabado impactando de forma determinante sobre el inicial y utópico planteamiento de cariz gentrificadora.  Explorar las relaciones político-sociales, por un lado, nos brindará la posibilidad de reconstruir la estructura de poder que ha dado, y sigue dando, continuidad al proyecto urbanístico a pesar de los cambios de gobierno municipal. Por otro, nos permitirá subrayar las actuales prácticas espaciales alternativas y conflictivas como estrictamente vinculadas a la producción de localidad como proyecto colectivo popular.

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