Esta ponencia tiene por objetivo realizar una aproximación teórica y crítica al proceso de colonización y domesticación del imaginario de lo popular que hace circular la práctica cinematográfica de la época de oro. Para ello, veremos cómo a partir de una serie de películas (Esquinas bajan; Salón México; Nosotros los pobres; Espaldas mojadas; Hay lugar para… dos; Rebozo de soledad; El rey del barrio, entre otras) es posible reconocer un proceso de inscripción de lo popular y la pobreza, que implica la instauración y circulación de una serie de normas, valores, conductas y estilos de vidas adosados a la fabricación de lo popular, que se instalan dentro del espacio social como formas legitimadas de representación de la pobreza, la marginalidad y la exclusión social. Uno de los resultados palpable de este proceso es la circulación de un conjunto de relaciones sociales jerárquica y jerarquizadoras, en las que una de sus consecuencias es lo que Bourdieu llama violencia simbólica. Por lo tanto, aquí vamos a discutir y reflexionar acerca de las distintas gradaciones con las que se representa la pobreza y la cultura popular. Sostengo que las películas de la época dorada no son sólo un conjunto de filmes altamente industrializadas y concebidas como entretenimiento, sino que también fueron producciones simbólicas que tenían un cierto afán moralista, aleccionador y universalista de inscripción de lo popular en lo masivo, transformado al pueblo en público y suministrando dentro del espacio social mexicano (y latinoamericano) una serie de señas de identidad. En suma, se trata aquí de examinar las mediaciones que produce la práctica cinematográfica del período dorado, procurando analizar cómo esas mediaciones actúan y se articulan dentro del campo social como dispositivos de significación cultural.

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