ETNOGRAFÍA COLABORATIVA: CÓMO NO HACERLA (Y AUN ASÍ SENTIRSE PARTE DE UN CONTINUUM COOPERATIVO)
La posibilidad de emprender prácticas de investigación colaborativa -donde la separación entre “investigador/a” e “investigados/as” termine difuminándose- depende de la existencia de ciertas condiciones previas de afinidad y cercanía epistemológico-políticas (Lassiter), las cuales son necesarias para que la dinámica cooperativa pueda mantenerse a lo largo del proceso investigador.
¿Qué hacer entonces cuando queremos dar un “giro colaborativo” a investigaciones ya empezadas? En algunos casos se han dado las condiciones para llevar a cabo virajes cooperativos parciales (Arribas), pero esto no siempre es posible. Por ejemplo, con los actores entrevistados en mi investigación doctoral -un análisis contrahegemónico de las políticas de integración de la UE- no solían existir las condiciones ideales arriba citadas.
Al hilo de las anteriores reflexiones, reseñare las principales encrucijadas polítcas, epistemológicas y metodológicas afrontadas a lo largo de mi trabajo y terminaré concluyendo que éste, pese a no aglutinar grados elevados de co-teorización, no deja de estar atravesado por preocupaciones, horizontes de sentido y objetivos que lo sitúan en un extremo de un hipotético continuum colaborativo (Dietz), el cual oscila entre la crítica de las relaciones de poder/saber existentes y la visibilización de prácticas “otras” y contrahegemónicas”. De allí haré unas consideraciones metodológicas más amplias.
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* La realización de mi tesis ha sido financiada por el Programa 6A del Plan Propio de la Universidad de Granada.
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