La relación entre el sistema educativo y la desigualdad social constituye un espacio de largo y amplio debate. Las posiciones sobre este tema van desde las que ven en la educación la base de la igualdad de oportunidades hasta las que la consideran el mecanismo por excelencia de su reproducción. En años recientes, la expansión del acceso a la educación, por un lado, y la persistencia de la desigualdad social por otro, han renovado este debate. Más allá de la segmentación en la infraestructura y calidad educativa, esta ponencia explora la contribución de la escuela como espacio de socialización y sociabilidad a la fragmentación social. En ella se analiza la conformación de circuitos socialmente homogéneos, expectativas y experiencias escolares contrastantes que favorecen la legitimación de la desigualdad y el distanciamiento socio-cultural entre clases.  La principal fuente de información para dicho análisis proviene de un numeroso corpus de entrevistas y grupos focales con jóvenes de sectores populares y privilegiados de la Ciudad de México en las cuales se indagó sus trayectorias y experiencias escolares.

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