Pese a la persistencia e incremento de la desigualdad en las sociedades contemporáneas, el análisis de sus dimensiones subjetivas y culturales ha recibido escasa atención. Sin embargo, la forma en que los individuos significan y experimentan la desigualdad es un aspecto clave para entender sus causas y consecuencias, su aceptación o resistencia. Esta ponencia se focaliza en el distanciamiento sociocultural y los mecanismos de exclusión-inclusión que se construyen a partir de las prácticas de consumo de jóvenes de clases populares y privilegiadas en la Ciudad de México. El disfrute diferencial del consumo es obvio y, por eso mismo, muchas veces es pasado por alto o subestimado como tema de análisis; sin embargo, aquí trato de demostrar cómo profundas desigualdades en términos de consumo son reformuladas en términos de preferencias, lo cual contribuye a que las desigualdades de clase sean socialmente tematizadas como diferencias de estilo. Pero las mercancías también tienen una dimensión simbólica, que permite ordenar esos estilos en una estructura jerárquica y valorativa que contribuye a la legitimación de la desigualdad.

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