La diversidad que caracteriza a los pueblos amerindios en su conjunto, fruto de diferentes adaptaciones ecológicas y recorridos históricos, y la consecuente singularidad de cada pueblo por separado, se ve alterada de manera significativa en las últimas décadas, como consecuencia de procesos de globalización, inducidos a través de los medios de comunicación, las políticas nacionales, o la sociedad de mercado.Ante esta coyuntura cabe preguntar: ¿cuál es la situación de los distintos pueblos originarios del continente, para conservar su patrimonio cultural y desarrollarse como pueblo sin perder la identidad? y ¿qué papel juega para ello la fuerza de la costumbre, el valor de la memoria, o la intervención del estado nación?Serán éstas las cuestiones sobre las que reflexionaremos, en base a una muestra de tres casos de pueblos indígenas: Rarámuri, Yanomami y Kawésqar, casos heterogéneos, conocidos en primera persona, entre los que mantuvimos trabajo de campo.