La práctica ritual de petición del agua en el pensamiento mesoamericano estuvo asociada al culto de los cerros, lugares de petición de lluvias para las buenas cosechas, ya que se tenía la creencia de que estaban llenos de agua, por lo cual se depositaban ofrendas a Tlalóc, dios propiciador de lluvias. En la comunidad de Santa Fe de la Laguna en el estado de Michoacán hemos encontrado peregrinaciones a los cerros, asociadas con santos patronos impuestos en la Colonia, pero que tienen un trasfondo prehispánico vinculado con los ciclos reproductivos agrícolas y pesqueros. Aunado a lo anterior, existe una serie de narrativas y prácticas rituales que los habitantes de esta comunidad indígena reproducen y donde se vinculan las cuevas, los cerros y las cruces. Es por ello que en esta ponencia pretendemos analizar las diferentes cruces esparcidas por todo el espacio comunal como vehículo para entender la lógica ceremonial y organizativa que los pescadores y campesinos reproducen y que marcan el inicio y final de cada ciclo productivo asociado a sus quehaceres y deberes gremiales respectivos.

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