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LA NOCIÓN DE “HUMANO” EN LA CIENCIA. EL CASO DE LAS CIENCIAS AMBIENTALES

La visión sobre qué es ser humano varía según la cultura y el sistema de clasificación que se analice. Entre estos últimos se encuentra el de la tradición occidental, dentro del cual es fundamental el conocimiento producido por la ciencia. Analizando la ciencia como parte de la cultura y como un sistema de clasificación podemos estudiar qué noción de humano es construida por ella. El corpus de la ciencia está conformado por un conjunto de conocimientos, producto de una fragmentación, una especialización disciplinar y una falta de unidad del conocimiento, y se caracteriza por la división naturaleza-cultura, el dualismo cartesiano que ha dividido el conocimiento entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. Todo ello ha afectado también a la manera en la que se ha construido la noción de humano, dividiéndolo en ser biológico y ser cultural y provocando una fragmentación del concepto. Si en las ciencias de la naturaleza parecen dominar las perspectivas deterministas, como en la biología y la genética, reflejo del paradigma naturalista moderno y el neodarwinismo, desde las ciencias sociales surgen descripciones más atentas a los procesos ontogenéticos y a la agencia de los individuos, en un intento por realizar una búsqueda auténticamente holista: la antropología biosociocultural (Ramírez, 2009[2005], 2013a, 2013b), y la búsqueda de la comprensión de ontologías que no establecen la Gran División (Descola y Pálsson, 2001; Descola 2005). En esta dirección, me interesa analizar las nociones de humano que se producen en la encrucijada, en general en la ciencia y en particular en las ciencias ambientales

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