La comunicación aborda la controversia asociada al constructo esquizofrenia/psicosis/locura, señalando la necesidad de admitir la multiplicidad de experiencias e interpretaciones que se ponen en juego mediante su uso. La pluralidad y la complejidad intrínsecas al fenómeno, las discrepancias en sus posibles significados y el valor de las experiencias en primera persona, se indican como aspectos cuyo reconocimiento resulta indispensable tanto en la comprensión del malestar como en su gestión colectiva. A partir de dichas dimensiones y desde una perspectiva hermenéutica crítica, se revisa la locura como posible lugar de enunciación política que permite habilitar nuevos tránsitos y formas de circulación social a los sujetos de la aflicción. La perspectiva queer se revela como una herramienta de enorme interés en este sentido. Tomando como referencia las historias de vida de seis personas diagnosticadas al menos de esquizofrenia, se destacan diferentes discursos y actuaciones que, críticos con el Modelo Médico Hegemónico, dontan de sentidos particulares a las biografías de sus protagonistas. Todas ellas ponen en perspectiva un tipo de orgullo denominado "loco", que constrasta con las actuaciones y enfrentamientos habituales con las que las participantes de la investigación se han topado en la red de salud mental y que, con frecuencia, las han patologizado por vivir experiencias inusuales, deteniéndolas de este modo en entendimientos cerrados, vacíos de historia y de significados personales.