El paisaje es el resultado de un largo proceso de coevolución entre el medio natural y las comunidades que lo habitan, las cuales han tenido que desarrollar saberes de gran eficacia ecológica que les han permitido comprender y controlar los recursos naturales. El manejo del agua con fines agrícolas ha sido un factor esencial que ha permitido a las comunidades crear agropaisajes con los que garantizar su propia supervivencia. Los sistemas de riego son aparatos tecnológicos cuyo objetivo es captar y distribuir el agua de riego de acuerdo a normas y costumbres específicas. Su gestión se lleva a cabo por instituciones locales de hondo calado histórico, que emplean saberes etnoecológicos relacionados con el clima, el agua, la tierra y los cultivos. En el sureste de España existen numerosos agrosistemas dedicados a la agricultura de regadío, que fueron creados durante la Edad Media por los grupos islámicos procedentes de Oriente Medio. Estos sistemas persisten en la actualidad porque responden a un modelo muy definido: todos ellos basan la gestión del agua y la organización social para su uso, en principios fundamentales (comunalidad, sostenibilidad ambiental, estabilidad social, capacidad de resiliencia) que garantizan su eficacia y su conservación a largo plazo. Este concepto de regadío está presente también en otros escenarios culturales del ámbito latinoamericano, como es el caso de México, donde fueron implantados por los conquistadores españoles durante la época colonial (1521-1810) para el cultivo intensivo de la caña azucarera. Esta investigación realiza un estudio etnográfico comparativo entre los regadíos de tradición árabe de Sierra Nevada (Granada) y los regadíos coloniales del estado de Morelos (México), con el objetivo de conocer, analizar y contrastar los principios generales que rigen ambos sistemas. Con ello, se espera avanzar en la identificación y conocimiento de las claves universales de los sistemas de riego.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo