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FRONTERA METODOLÓGICA: EL INVESTIGADOR Y EL INVESTIGADO. REFLEXIONES DE TRABAJO DE CAMPO

Las fronteras conceptuales proponen una clasificación que determina qué está dentro y qué está fuera del propio concepto definido, la cual se enmarca en unas premisas socioculturales determinadas. Se trata de un concepto totalmente necesario para poder ordenar la realidad social en la que vivimos y así poder establecer criterios para conocer el mundo sensible. No obstante, éstas entran en cuestión cuando hay realidades sensibles que no acaban de encajar con estas fronteras y que ponen en duda la integridad de dicha frontera o categorización.Malinowski, padre de la observación participante, delimitó muy bien el papel del etnógrafo en el trabajo de campo, su vinculación próxima al grupo per sin dejar que la relación influencie los resultados, involucrada con la realidad que se estudia pero suficientemente distante para no perder el foco de análisis. La frontera existente entre el estudiador y el estudiado es evidente y a lo largo de la historia de la antropología ha estado cuestionado y reformulado. En el momento en que la antropología empieza a hacerse en casa la frontera entre el etnógrafo y los informantes se pone en cuestión. ¿Cómo delimitar la frontera entre las propias experiencias como miembro del grupo de estudio e investigador, y el objeto de análisis?La presente comunicación se enmarca en un trabajo de campo hecho con emigrantes jóvenes catalanes en Londres y pretende discutir el papel de la investigadora, siendo ella misma emigrante catalana en Londres e investigadora. ¿Qué papel juega la delimitación de los roles en esta situación?

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