LAS BODEGAS DE BARCELONA, PATRIMONIO Y EJE VERTEBRADOR DE LOS BARRIOS. EL CASO DE LA BODEGA XIFRÉ
La incorporación de la mirada antropológica a los estudios sobre patrimonio ha propiciado, a nuestro entender, dos hechos fundamentales: la incorporación de un enfoque holístico que engloba en un todo los aspectos materiales e inmateriales de los bienes culturales y, por otra parte, el énfasis en la función social y el valor simbólico de aquello que llamamos patrimonio. Una nueva perspectiva que, para la investigación que aquí presentamos, podría resumirse en nuestro objetivo por patrimonializar las bodegas –pequeños establecimientos en los que originariamente se despachaba vino a granel y productos de primera necesidad- no únicamente por sus características físicas, arquitectónicas o materiales, sino especialmente en su dimensión emocional, sentimental e inmaterial.Por ello, mantenemos una concepción en las antípodas de la nostalgia, al entender que la tradición es solamente un recurso dentro de un proceso vivo, abierto y cambiante que se resiste a ser fosilizado por la historia. No observamos las bodegas como vestigios de un tiempo ya pasado, sino como construcciones sociales significativas y en constante reproducción dentro de un proceso inacabado de transmisión cultural. Para nosotros son espacios de gran interés patrimonial precisamente porque vertebran unas relaciones sociales de marcado componente popular, informal y de proximidad.El caso de la Bodega Xifré, ubicada en el barrio de El Parc, encaja perfectamente en esta descripción e incluso va más allá si atendemos al proceso de museización que el propietario de este establecimiento, con la colaboración inestimable de clientes y vecinos del barrio, ha iniciado una vez echado el cierre.
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