La sobremodernidad actual ha generado profundos cambios en la percepción del individuo respecto a su medio circundante. En este sentido, la velocidad de transferencia de la información, así como la masiva aportación de contenidos en el devenir diario de la ciudadanía ha provocado una resignificación del entorno como recurso identitario. Por esta razón, la recuperación sentimentalo-visual de lugares con una significatividad muy específica en los imaginarios colectivos e individuales, pasa a tener una importancia vital en los procesos de puesta en valor de espacios de ocio comunes. La comunicación gira alrededor de la puesta en valor de un espacio marismeño onubense donde se hace una reflexión práctica acerca del papel que deben jugar las comunidades beneficiarias no sólo en el planteamiento, sino también en la gestión de los recursos. Igualmente se ofrece una visión de la importancia que tienen los lugares en la conformación y recreación de las identidades, así como la importancia que debe tener de cara a cualquier práctica de gestión cultural. El objetivo de la comunicación va a girar, pues, a partir de un caso concreto, las tramas quedan forma a las prácticas de gestión cultural en un espacio de alto valor natural y humano. Este es el relato de una aproximación sentimental a una historia en común, la antropología de una percepción visual en el tiempo. 

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