El pueblo Wayuu de Colombia contempla la interacción con la cultura alijuna (no indígena) en sus planes de etnoeducación diseñados bajo las directrices del Ministerio de Educación. En este contexto, a partir de una investigación etnográfica en internados de educación media de Uribia y Siapana (Alta Guajira), abordamos las implicaciones que el modelo etnoeducativo tiene en la configuración de las subjetividades de las actuales generaciones jóvenes Wayuu y su relación con la transformación del modelo económico de la región (minería, turismo y comercio). En estos internados, aunque discursivamente se hace de la “conservación de la cultura wayuu” una prioridad, lo cierto es que en ellos se están conformando nuevas expectativas académicas y laborales: además de asumir rasgos de los estilos de vida alijuna (instrucción académica, cristianismo, monogamia, reducción del número de hijas/os, trabajo asalariado, vida urbana) que les alejan significativamente de los referentes de sus generaciones wayuu precedentes (politeísmo, poliginia, familias extensas, ganadería/pesca en las rancherías), sus propias familias les alientan para asistir a estas instituciones, no sólo porque se garantiza su subsistencia (comprometida en las rancherías), sino como una vía de acceso a la educación superior -especialmente de las hijas- que se ve como un mecanismo de movilidad social ascendente (dadas las nuevas estrategias matrimoniales). En síntesis, contemplamos en esta ponencia el efecto de las expectativas laborales (orientadas hacia las profesiones liberales) como horizonte del itinerario académico de estas/os jóvenes y matriz de sus autoconcepciones e identidades personales, así como estrategia de reproducción/transformación social de las comunidades.

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