La cultura legítima nacional es establecida en un proceso constante de producción y mantenimiento de la nación. La sociedad catalana contemporánea sirve aquí de escenario privilegiado de observación de este fenómeno debido a: 1) el impacto de la inmigración del siglo XX en su composición demográfica actual (70% de la población Catalana es producto directo o indirecto de ésta); y 2) el hecho de que los procesos de construcción y mantenimiento de la nación (nation-building) no cuentan con una estructura estatal que pueda garantizar su legitimación e invisibilización, sino que se producen en un espacio nacional en controversia.Esta presentación sostiene que la imagen y representación legitimada de lo que es la nación catalana está fuertemente marcada por la confrontación política en el marco estatal español, pero que más allá de estas representaciones, existen una serie de prácticas cotidianas que permiten una reconfiguración de lo común, la solidaridad y la cohesión de la sociedad catalana.Las historias de vida que se analizan en esta presentación muestran las transgresiones de las fronteras simbólicas de la pertenencia nacional establecida como legítima a través de las prácticas cotidianas de los catalanes. Los datos recogidos y analizados muestran la naturaleza porosa, movediza, compleja e intermitente -aunque no arbitraria ni sin constricciones- de las fronteras de la pertenencia y la identidad nacionales.

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