Esta ponencia se propone reflexionar en torno a una pregunta fundamental, relacionada con la situación de vulnerabilidad de los migrantes centroamericanos en tránsito por una región veracruzana. Partiendo de la propuesta teórica de Agamben (1996, “Política del exilio”), retomamos la noción de exilio en alusión a la migración como destierro. Para un gran número de centroamericanos, el abandono de sus lugares de origen es una decisión constreñida por circunstancias extremas de violencia, pobreza y desempleo. El término de exiliados hace también referencia a su condición de sujetos en tránsito que subsisten en “un umbral de indiferencia entre lo externo y lo interno, entre exclusión e inclusión”. ¿Cuál es el vínculo entre política, violencia y corporalidad? Para tratar de dar algunas pistas en torno esta cuestión, recurrimos a la observación etnográfica de algunas situaciones que enfrentan migrantes centroamericanos a su paso por el valle de Córdoba-Orizaba en el estado de Veracruz, México. Los excesos y atrocidades que los “exiliados” sufren durante su viaje con dirección a Estados Unidos, parece confirmar su condición de orfandad o desprotección, desprovista de toda dimensión política. Trataremos de entender de qué maneras se corporaliza esa violencia “sin Estado”, esa condición de extranjero-exiliado, y qué efectos produce en la subjetividad de algunos actores con quienes se cruzan en su tránsito por esta región veracruzana.

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