Los desastres son procesos sociales mediados por fenómenos naturales o antrópicos que conllevan una serie de alteraciones ambientales, sociales, culturales, económicas y políticas en las sociedades que los padecen. Aunado a esto, las fases de recuperación y reconstrucción de los desastres suelen generar, paradójicamente, incertidumbre y estrés en las poblaciones afectadas respecto a la continuidad de sus vidas y sobre su propio futuro, pese a las intervenciones de actores gubernamentales para coordinar la ayuda y pese a la aplicación de programas sociales emergentes.En los casos de implementación de proyectos de reubicación por desastre (pre o post-impacto) se hace más evidente este dramatismo constituido por la incertidumbre respecto al futuro. Esto se debe a dos principales causales interrelacionados: la legislación y sus reglas de operación, y la manera en la que los proyectos de reubicación son concebidos y ejecutados.En este sentido y a partir del caso de estudio de la reubicación en Angangueo, Michoacán se plantea reflexionar entorno a los problemas conceptuales y terminológicos presentes en la legislación mexicana y en los programas sociales emergentes para la recuperación de desastres, específicamente en los programas de reubicación. Esto es: ser y estar damnificado, beneficiario y reubicado tiene implicaciones conceptuales y legales que se traducen en un mayor o menor dramatismo en la fase de recuperación del desastre por la inadecuada aplicación de los programas sociales. 

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