En el siglo XVIII (1734), el jesuita Pedro Murillo Velarde realizó la Carta Hidrográfica y corográfica de las islas filipinas, considerada entonces como uno de los mapas más precisos y más estéticos del archipiélago filipino. En esta ponencia presento una aproximación al estudio cultural y artístico de este documento que puede entenderse como la síntesis de la construcción de la identidad filipina, en el análisis que emprendo sobre los grabados adyacentes en los que se observan personajes en actividades diversas de lo que fueron los grupos sociales y étnicos que habitaban las Filipinas, identificados por su indumentaria a modo de pintura de castas como sucedió en la Nueva España. 

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